El misterio de las pinturas
A Pedra da Lebre es el bello nombre de un dolmen muy alterado pero que guarda interesantes sorpresas. A finales de la década de 1990 se descubrieron restos de pintura prehistórica negra y roja en cuatro de sus piedras, justo en las zonas que no estaban expuestas al aire libre, sino bajo tierra, protegidas por el sedimento. Se analizaron varias muestras de pigmentos y una de ellas proporcionó una de las fechas más antiguas del megalitismo gallego, entre el 5300 y el 4700 a. C. Los arqueólogos piensan que podría tratarse de una desviación derivada bien de problemas en la obtención de la muestra o bien de una posible contaminación, lo que daría una fecha totalmente errónea.
Otra sugerente hipótesis que se ha apuntado últimamente es que la pintura habría sido realizada sobre un monumento anterior, del tipo pedrafita (menhir) o estela, que pudo ser reutilizado en la construcción del dolmen mucho tiempo después. Esto podría explicar, al menos en parte, la presencia de fechas tan antiguas.
Actualmente no quedan restos del túmulo de tierra, pero la mayor parte de las losas del dolmen permanecen en su emplazamiento original, lo que permite deducir la existencia de una cámara de siete u ocho piedras y un corredor del que parece conservarse una sola piedra.