Treos es uno de esos lugares que se disfrutan sin prisa, en el interior del ayuntamiento de Vimianzo, entre carreteras secundarias y paisaje tranquilo. La Igrexa de San Miguel de Treos se levanta ligeramente apartada del núcleo, en un pequeño alto bien visible y fácil de encontrar, con ese aire de templo que marca el territorio desde hace siglos. Es una parada muy recomendable si estás explorando la Costa da Morte y buscas patrimonio real, sin artificios y con mucha identidad local.
Aunque el edificio fue transformándose con el tiempo, todavía conserva restos románicos de especial interés, concentrados sobre todo en la cabecera. En el interior se aprecia la estructura de esa zona y la riqueza de la cantería, con capiteles de inspiración vegetal y molduras trabajadas que aportan carácter y ayudan a leer el origen medieval del conjunto. Son detalles discretos, pero precisamente por eso tienen tanto valor: te obligan a mirar con atención.
Por fuera, la cabecera vuelve a ser la clave, con contrafuertes y una ventana estrecha que mantiene ese perfil antiguo tan típico de las iglesias rurales gallegas. Ese contraste entre lo románico y las reformas posteriores convierte a la Igrexa de San Miguel de Treos en un punto excelente para comprender la evolución de las parroquias de la zona sin perder el hilo de su historia. Si te interesa el románico en la Costa da Morte, este es un lugar pequeño, pero muy significativo.







