La piedra que divide las parroquias
El Marco da Anta es una de las escasísimas “pedrafitas”, o menhires, documentadas en A Costa da Morte. Sin embargo, ha sido mencionada desde antiguo por investigadores tan destacados como Carré Aldao o Luis Monteagudo, que lo visitaron hacia 1950.
La piedra, de unos dos metros de altura, llama la atención por su peculiar forma fálica debido a un surco horizontal cerca del extremo superior. Esta circunstancia seguramente explica por qué el menhir también recibe el curioso nombre de Pedra do Carallo.
Se desconoce la función del Marco en la prehistoria, aunque entre los investigadores se debaten varias hipótesis, como monumento vinculado a usos funerarios, ritos de fertilidad, indicador de la presencia de una necrópolis megalítica o como hito delimitador del espacio. En época histórica parece que pudo funcionar como un elemento que marcaría el límite entre las parroquias de Erboedo (A Laracha) y Loureda (Arteixo).