De tumba a refugio de pastores
La particular forma de la Casota de Freáns hizo que durante muchos años los pastores la utilizaran como refugio para protegerse de las inclemencias del tiempo. De hecho, es un dolmen atípico ya que no tiene cámara, ni corredor, ni túmulo de tierra. Su estructura es muy similar a la Fornela dos Mouros (Laxe) porque consta de tres losas verticales de granito sobre las que se apoya otra horizontal que hace las veces de cubierta o tejado configurando una especie de caseta.
Las características del megalito recuerdan a las cistas megalíticas posteriores y podrían llevar la datación a principios de la Edad del Bronce, ya en el segundo milenio antes de Cristo. C. Estos monumentos habrían funcionado como enterramientos individuales y normalmente carecían de la monumentalidad de los grandes dólmenes de corredor.
En el interior de la Casota, sobre las losas verticales, se aprecian con bastante claridad varios grabados a base de cruces y “cazoletas”. El significado no está claro, aunque algunos autores han relacionado estas “cazoletas” con la representación de constelaciones des estrellas. Esta hipótesis es bastante discutida hoy en día, pero el vínculo entre los dólmenes y los fenómenos astronómicos es claro. Quizás el más evidente sea la orientación de los corredores y accesos de la gran mayoría de los monumentos de Europa occidental hacia el sureste en relación con el orto y la salida del sol.
A Casota de Freáns está situada en la ladera oriental del Monte Pedrouzo. En el lado opuesto de este cerro, a unos 500 metros del dolmen, se encontraron en 2004 varios conjuntos de petroglifos con cazoletas, círculos concéntricos y otros motivos que podrían estar relacionados con el megalito. A través de la ruta de senderismo de Vieiro Fidalgo puedes completar la visita con este conjunto de arte rupestre.