Su construcción se debe al filántropo nacido en la villa a finales del siglo XVIII, don Fernando Blanco de Lema, que en su legado dejó abundantes fondos para la construcción de un colegio de primera y segunda enseñanza, el actual Instituto Fernando Blanco.
El colegio-instituto es una obra de gran belleza arquitectónica de estilo ecléctico construído a finales del siglo XIX. En su interior merece la pena contemplar la biblioteca de incalculable valor por la riqueza y calidad de sus fondos, y la capilla donde están depositados los restos del fundador en un mausoleo de mármol blanco. Además de este edificio, podemos gozar del fantástico jardín botánico que lo rodea, que cuenta con la presencia de ejemplares centenarios de diversas especies traídas de diferentes partes del mundo.