En la parroquia de A Ameixenda, en el municipio de Cee, se encuentra la Factoría ballenera de Caneliñas, la última planta de procesamiento de ballenas que operó en Europa y una de las mejores conservadas del continente. Con más de 60 años de historia, es hoy un lugar clave para entender el pasado industrial marino de Galicia.
La primera etapa comenzó en 1924, impulsada por la Compañía Ballenera Española con capital noruego. La segunda, a partir de 1951, estuvo a cargo de IBSA (Industria Ballenera Sociedad Anónima), que modernizó las instalaciones y orientó la producción al mercado japonés hasta su cierre definitivo en 1985. Ese año se procesó la última ballena: un rorcual común de 17,7 metros.
Actualmente, el entorno conserva elementos singulares como las rampas de izado, las antiguas naves de despiece, el muelle, los pozos artesianos y canalizaciones. Este espacio, testigo del pasado, es hoy uno de los mejores puntos de Galicia para el avistamiento de ballenas y delfines, y un enclave perfecto para quienes buscan naturaleza, historia y silencio frente al mar.