La Capilla de San Pedro Mártir, en la parroquia de Pereiriña (Cee), es un pequeño santuario que encierra una gran carga espiritual. Forma parte del patrimonio religioso tradicional de la Costa da Morte y es especialmente conocida por su entorno natural, donde el silencio y la vegetación refuerzan su carácter místico. Su arquitectura responde al estilo de las capillas rurales gallegas: planta rectangular, fachada sobria y una espadaña que sostiene una sencilla campana.
Muy cerca de la capilla se encuentra la Fuente Milagrosa de San Pedro Mártir, un elemento clave del culto popular. Según la tradición, sus aguas tienen propiedades curativas, especialmente para afecciones de la piel y los ojos. Desde hace generaciones, vecinos, devotos y peregrinos han acudido a este lugar para beber o lavarse con su agua, con la esperanza de obtener alivio físico o espiritual gracias a sus supuestos poderes sanadores.
Como detalle simbólico, este lugar representa el primer punto de contacto con Cee para los peregrinos que recorren el camino de Santiago hacia Fisterra, el legendario «fin del mundo». La capilla y su fuente milagrosa, por tanto, no solo son una muestra del fervor religioso gallego, sino también un refugio espiritual en el tránsito hacia el océano.