El Castillo del Príncipe en A Ameixenda (Cee) es una joya de la arquitectura militar del siglo XVIII, construida como parte del sistema defensivo que protegía la Costa da Morte de posibles ataques enemigos. Su construcción se inició en el año 1740 bajo la dirección del ingeniero Carlos Voysin, poco después del apresamiento del navío español La Princesa cerca del Cabo Fisterra, un hecho que aceleró la necesidad de fortificaciones costeras por orden de la monarquía borbónica.
Este castillo formó parte de un entramado de defensa que incluía el Castillo del Cardenal en Corcubión, el Castillo de San Carlos en Fisterra y el Castillo del Soberano en Camariñas. Sin embargo, la pérdida de importancia militar de nuestras costas tras la batalla de Trafalgar, las guerras napoleónicas y la independencia de las colonias americanas llevó a que, como otras fortificaciones, el Castillo del Príncipe dejase de ser propiedad del Estado en el siglo XIX tras una subasta pública.
Situado en un impresionante paraje de más de 33.000 m² sobre los acantilados de la ría, el Castillo del Príncipe cuenta con edificaciones, jardines, accesos a playas, embarcadero y piscina frente al mar. Aunque actualmente está en manos privadas y no se puede visitar, su imponente silueta aún puede admirarse desde el mar, manteniendo viva su historia en el paisaje costero de A Ameixenda.