La catedral megalítica
Dombate es sin duda el dolmen más famoso y emblemático de Galicia, calificado por muchos como la catedral del megalitismo gallego.
De hecho, es un dos en uno, porque el túmulo que cubre el monumento alberga dos dólmenes diferentes. El denominado Dombate Antiguo, de modestas dimensiones y construido a finales del V milenio y el Dombate Reciente, mucho más monumental, edificado hacia el 3.700 a. C. Este último es el más conocido de los dos y sus dimensiones son impresionantes, alcanzando los 6 metros de largo y los 4,5 metros de alto. El megalito consta de una cámara y un corredor orientados al este, construidos con losas de gran tamaño que llegan a pesar, en el caso de la cabecera 7,78 toneladas.
El túmulo, también espectacular, tiene un diámetro de 24 metros y una altura de 1,8 metros. Está rodeado por un anillo de piedras y coincidiendo con la entrada se aprecia una especie de coraza también de piedras. Justo en la entrada, durante las excavaciones, se localizó un conjunto de ídolos antropomorfos, colocados verticalmente en el suelo, cumpliendo una función de protección de la tumba, como si fueran una suerte de vigías simbólicos.
Pero quizás el elemento más interesante de este dolmen es el conjunto de grabados y especialmente de pinturas encontradas en el interior de su cámara y a lo largo del corredor. Están realizados con la misma técnica que el dolmen de Pedra Cuberta (Vimianzo), en colores rojo y negro sobre una base de pintura blanca a base de caolín. En la actualidad no son visibles ya que no es posible acceder al interior del dolmen por cuestiones de conservación. Pero es posible admirarlos en una excelente réplica del dolmen a tamaño real ubicada en el mismo centro de interpretación que hoy alberga el monumento.