La iglesia parroquial de Traba se encuentra en un lugar solitario, sin casas a su alrededor, orientada de la misma forma que las de las demás parroquias: cabecera hacia el este, y fachada hacia el oeste. La ábsida y la nave fueron levantadas en el primer tercio del siglo XIII, aunque la cubrición de la segunda se cambió en 1940 por una bóveda de ladrillo y cemento. La base estructural del templo es románica, apreciable en los muros, en la bóveda de la ábsida y en elementos externos típicamente románicos.
La fachada principal sufrió en 1716 la última reforma, creyéndose de este año la realización del retablo pétreo que abarca toda su parte central.