En Carballo existe un lugar que evoca historias de fantasía. El dolmen de Pedra Moura de Aldemunde recoge relatos con cientos de años que hablan de una moura que transportó estas piedras desde el Petón de Calvelo.
Está situada en un lugar con muy baja contaminación lumínica que permite una buena observación astronómica. A partir del mes de abril, el arco del centro de la Vía Láctea empieza a ser visible, por lo que es un buen lugar para la astrofotografía.